martes, 11 de agosto de 2009
domingo, 31 de mayo de 2009
Minería, Comercio, Hacienda, Reparto de tierras, Agricultura
Canteros, Códice Florentino. Las piedras extraídas se utilizaban en la escultura y la construcción. Contra lo que deseaban, los españoles no encontraron en Nueva España oro en grandes cantidades. En cambio, a partir de 1548 se descubrieron ricas vetas de plata en varios puntos del territorio. El metal produjo grandes riquezas y fue la principal fuente de ingresos para la monarquía de España.
Muchas ciudades se fundaron en las cercanías de las minas más ricas. Algunas siguen siendo poblaciones importantes, como Zacatecas, Guanajuato y Durango. Otras, al agotarse la plata, se convirtieron en pueblos fantasmas, llenos de elegantes edificios abandonados.
Las minas consumieron las vidas de miles de trabajadores. En ellas el esfuerzo era agobiante, los accidentes frecuentes y las enfermedades se presentaban tras unos cuantos años de labor.
Para mantener las minas en actividad sus dueños compraban esclavos, conseguían indios cautivos o se veían forzados a pagar salarios relativamente altos.
La extracción de plata produjo las fortunas más grandes de la Nueva España. Los mineros exitosos eran dueños de haciendas y palacios, compraban títulos de nobleza y exhibían su riqueza en toda ocasión. Pero el minero con suerte era uno entre miles. Los que fracasaban realizaban cualquier trabajo, o vagaban en busca de una nueva oportunidad. Algunos, que se habían enriquecido, lo perdían todo cuando la veta se agotaba y no podían pagar sus deudas.
Las actividades comerciales importantes, en especial las que se realizaban con el exterior, estaban controladas por los negociantes españoles y eran vigiladas por los funcionarios de la monarquía. La Colonia vendía principalmente plata, azúcar, cacao, pieles de ganado y maderas finas. En cambio compraba vinos, herramientas, telas finas y aceite de oliva.
La principal vía comercial era el camino que iba de Veracruz a México y de ahí a Acapulco. En aquella época la región que rodeaba a esos puertos era insalubre. Veracruz sólo tenía gran animación cuando llegaban las flotas de España, y Acapulco al recibir el famoso Galeón de Filipinas, que transportaba artículos de lujo de Oriente.
El crecimiento del comercio era obstaculizado por un gran número de impuestos que cobraba el gobierno colonial y porque todos los negocios con el exterior tenían que hacerse con la intervención de España. Además, la monarquía se reservaba el derecho de vender ciertos artículos, como el mercurio que era indispensable para la extracción de la plata.
La incipiente industria textil de la Colonia. La otra gran plaga del comercio fue la piratería marítima. Tanta era la audacia de los piratas, que el gobierno obligó a los navieros a enviar sus barcos en grupos y con escolta de buques de guerra.
La única industria que realmente se desarrolló en la Nueva España fue la textil. Se fabricaban telas de lana y de algodón en talleres llamados obrajes. Decenas de talleres fueron establecidos en las ciudades de la región central. Generalmente se empleaba a trabajadores cautivos, presos por algún delito o endeudados con sus patrones. De esa manera era difícil que escaparan a pesar de las duras condiciones de trabajo.
Aunque la minería era la fuente más buscada de riqueza, la mayoría de los habitantes de Nueva España se dedicaban a la agricultura y la ganadería. De ellas se obtenían alimentos para la población y productos para comerciar con Europa y Oriente.
Había grandes diferencias entre la agricultura practicada por los españoles y la de las comunidades indígenas. Los españoles explotaban grandes extensiones de tierra, las haciendas, compradas o recibidas como donaciones del monarca. Al principio de la Colonia los grandes propietarios hacían trabajar sus tierras a grupos de indígenas recibidos en encomienda, a quienes supuestamente debían proteger y educar cristianamente, a cambio de tributos y trabajo gratuito. Cuando a mediados del siglo XVI se suprimió la encomienda y se prohibió la esclavitud de los indios, los propietarios obtenían trabajadores por salarios muy bajos.
En las zonas templadas, los españoles sembraban preferentemente trigo, pero a veces con maíz en surcos intercalados. Las regiones cálidas vieron surgir plantaciones de caña e ingenios azucareros y en menor medida plantíos de cacao.
La ganadería en gran escala también fue practicada por los españoles. Las planicies del Bajío y del norte fueron dedicadas a la crianza de reses, caballos, mulas y ovejas.
Los esclavos negros trabajaban en el campo, las minas y el servicio doméstico.
Los indígenas fueron expulsados de las mejores tierras y tenían constantes problemas para conservar sus propiedades, lo que provocó rebeliones en distintos momentos de la época colonial. Sin embargo, subsistieron centenares de comunidades campesinas dedicadas sobre todo a los cultivos tradicionales de maíz, frijol y chile. De acuerdo con la antigua costumbre indígena, la tierra era propiedad de la colectividad pero cada familia era responsable por su trabajo y dueña de sus productos.
La mayor parte de la agricultura en Nueva España era de temporal. A años de buenas cosechas seguían con alguna frecuencia temporadas de sequías, causantes de escasez y hambrunas en las ciudades y el campo.
Observa que dos de los rasgos de la agricultura mexicana de los siglos XIX y XX se originaron en la Colonia: la concentración de tierras en pocas manos y la propiedad comunal de superficies pequeñas.
la colonización se inició con el establecimiento de villas o ciudades, y a la par se constituyó un aparato de sujeción y gobierno. En las capitulaciones quedaron las primeras normas: al jefe de la expedición correspondía fundar ciudades en determinado tiempo y se le facultaba para repartir tierras y solares. Al respecto no habría una legislación general sino hasta 1573.
Como justificación a la conquista material que se estaba llevando a cabo en las tierras recién descubiertas, fue imprescindible para la Corona la ayuda y participación de órdenes religiosas que se dedicaran a enseñar a los indígenas la religión católica. Amparados bajo la idea de que los indios eran semisalvajes e idólatras, los conquistadores encontraron en la evangelización el pretexto para intervenir en sus vidas e imponer la cultura española.
Además de la Iglesia, hubo otras instituciones coloniales que se arraigaron en el XVI y que estuvieron íntimamente ligadas a la evangelización, a la tierra, al trabajo indígena y a la justicia. La primera a considerar es la Encomienda, que no implicó la propiedad agraria, sino sólo su posesión y el derecho a recibir tributo en especie y/o trabajo de los indios, a los cuales los españoles debían adoctrinar. No obstante, la tierra pudo ser poseída a título personal mediante merced real, aunque su extensión debía ser moderada. De acuerdo a los grados de desarrollo económico, para los españoles el concepto de dominio agrario era distinto del de los indígenas: tendía al individualismo y al acaparamiento por su afán de riqueza y poder; en cambio, para los indígenas de regiones densamente pobladas, la tierra era la base esencial de su existencia y trataron de preservar el régimen de propiedad comunal.
*Las Mercedes fueron las donaciones reales de bienes (de su patrimonio y el de la corona) y títulos a cambio del apoyo dado a la alta nobleza o del clero en pago de algún servicio) tienen su origen en Castilla y fueron aplicados a las colonias.
*El Repartimento, fue la asignación de indígenas como fuerza de trabajo gratuito para los encomenderos de la América española o para la corona, que tuvo lugar durante la época de dominio colonial español (siglos XVI-XIX). Aunque no debe confundirse con la encomienda, que era propiamente un reparto de tierras que se efectuaba entre los conquistadores y colonos españoles, ambas instituciones estaban estrechamente ligadas y tenían origen en el sistema utilizado para repoblar el valle del Guadalquivir (península Ibérica) a partir del siglo XIII. El sistema se exportó a las Indias desde el principio de la conquista, aunque variaba enormemente de una zona a otra, tanto en razón de la dureza del trabajo (era mucho más penoso el trabajo en las minas que en las explotaciones ganaderas o en la agricultura), como del porcentaje de indios al que afectaba (normalmente en torno a un séptimo de los varones adultos, en turnos rotatorios), y del grado de aceptación por parte de éstos.
EXPANSIÓN DE LA COLONIA
+Conquista y colonización no culminó con la caída de
+ Combatieron hasta lograr la derrota (Cempoala,
+ Yucatán fue fundada por Montejo en 1527.
+ En 1537realiza la llegada su hijo pero hasta…
+ 1940 funda Campeche.
+ Mérida se funda en 1542
+ Valladolid y Salamanca Guanajuato en 1547.
CONQUISTA NUEVA GALICIA
- Campaña cruel y sanguinaria.
- Por Cédula Real, mandan a Guzmán a Nueva Galicia, para instalarse en su capital Compostela.
- Luis de Castilla llega a la provincia de la Nueva España.
- Nuño de Guzmán desacató y regresó a México.
- Regresó como conquistador el 15 de julio de 1530, pero le negaron la entrada a la ciudad, Matenzo y Delgadillo.
- No pudo intervenir en el gobierno, mantuvo su prestigio, preparó viajes, recorrió colima, Compostela y Chiametla para ir a Baja California.
- Cortés con una exploración entró en conflicto con el virrey de Mendoza.
- Co0rtés regresó a España, se refugió en Castilleja de la Cuesta, murió el 2 de diciembre de 1547.
CONQUISTA DEL NORTE DEL PAÍS.
Tribus belicosas, cascanos y huicholes, ponían en peligro las poblaciones; autoridades coloniales decidieron organizar la seguridad y paz comprándolas.
ZACATECAS
1er Reconocimiento de la Ciudad fue por Guzmán, pero Cristóbal de Oñate comisionó a Juan de Tolosa para conquistar a Zacatecas en 1541.
DURANGO
Francisco de Ibarra en 1544, sometió la religión a la dominación española.
Virrey de Velazco ordenó a la Nueva Vizcaya y se designó en 1563 a Ibarra como gobernador y se apodera de chihuaha y Coahuila.
SAN LUIS POTOSÍ
Franciso Urdiñola en 1550, utilizó a grupos de indios (tlaxcaltecas) y fundó poblaciones en San Luis y Coahuila, la más importante Saltillo.
EXPEDICIONES A ORIENTE
Velasco comisiona a Legaspi, conquista Filipinas, funda la Ciudad de Manila.
NUEVO LEÓN
Luis Carbajal en 1579 acompañado por Judíos, estableció la villa de San Luis, en 1596, Montemayor repobló y establece el Nuevo Reino de León.
NUEVO MÉXICO
Fue fundada por Juan de Onate en 1605.
CONQUISTAS CALIFORNIANAS
· Segunda mitad del S. XVIII, ejércitos de Hernán Cortés, conquista Tamaulipas y llamó Nuevo Reino de Santander.
· Dominación Española, misioneros, evangelización y pacificación, estableciendo fundaciones religiosas.
sábado, 30 de mayo de 2009
Conquista de México (Causa de la derrota de los mexicanos)
· Otra razón muy poderosa del éxito alcanzado por los españoles fue seguramente la crítica situación política por la que atravesaban los pueblos de Anáhuac, sometidos a una severa tributación y con una manifiesta inconformidad que hizo posible que muchos pueblos se sumaran a los españoles con la esperanza de una vida mejor. Ello precisamente explica la participación de Ixtlilxóchitl, seguramente la más importantes de las causas que determinaron la ruina de Tenochtitlan, ya que no solamente como las crónicas indígenas lo señalan, fue el verdadero conductor del sitio, sino porque resulta inexplicable que una gran ciudad, con las complicadas condiciones lacustres, hubiera podido ser férreamente cercada por un puñado de 600 a 700 europeos, a no ser por la colaboración de los numerosos ejércitos del jefe tetzcocano que, por tales razones, debe ser considerado como el verdadero conquistador de la gran capital mexica, aunque sólo lo haya hecho para entregarla a los españoles de Cortés. La esperanza de una vida mejor se esfumarían muy pronto.
· Una consideración final que nos parece justa en relación a la liquidación del mundo indígena en el año de 1521, que nos permite dejar entredicho la tan socorrida idea de la superioridad de la técnica y del armamento de los extranjeros, es la que en realidad los ejércitos aztecas nunca fueron vencidos, y que la caída de su ciudad obedeció a la impotencia para continuar la lucha, ocasionada por le hambre, la sed y la peste generadas por el severo y prolongado sitio a que estuvieron expuestos.
· Tampoco estamos de acuerdo con la idea civilizadora española que sostienen algunos investigadores. El pueblo mesoamericano tuvo un grado de cultura y educación, tan elevado, que les permitió convertirse en la base de la civilización de América.
Antes de lanzarse sobre México, el conquistador se preocupó por asegurar la ruta de Veracruz y evitar que algunos pueblos independientes o tributarios de los aztecas pudieran prestarle ayuda; para tal fin emprendió en los meses finales de 1520 una gran campaña para someter a los pueblos de la zona de Puebla, apoderándose de la mayoría de ellos y asegurando una vía de escape por si fuera necesaria.
Estos combates, que atraían de momento toda la atención de Cortés y que pocas riquezas dejaban a sus soldados, desalentaron a muchos de ellos, que mostraron su descontento hasta obligar al capitán a enviar a Andrés de Duero y otros inconformes a Cuba.
La marcha sobre Tenochtitlan
Para el 26 de diciembre consideró estar preparado para llevar a cabo la campaña final sobre Tenochtitlan, dio a conocer unas severas ordenanzas que le permitiera mantener la disciplina y pasó revista a sus tropas, en total 550 infantes, 40 soldados de caballería y 9 cañones. Dos días después, acompañado por 150 000 indígenas aliados se dirigió a Tetzcoco, en donde se instaló y recibió sumisión de algunos poblados ribereños. En el mes de febrero ordenó a Gonzalo de Sandoval que trajera las 13 embarcaciones construidas en Tlaxcallan y en el mes de marzo emprendió una campaña con la intención de someter a los pueblos de la Cuenca, solamente que al avanzar sobre Tlacopan se vio obligado a trabar combate en Xaltocan, y aunque logró entrar en la calzada, tuvo que retirarse con algunas pérdidas.
En abril de 1521 combatió nuevamente en Chalco, pues los mexicas habían recuperado nuevamente la región. Emprendió una campaña contra los Tlahuicas, aliados de los mexicanos y aunque venció en Tlayacapan y Cuauhnahuac, al guerrear en Xochimilco fue hecho prisionero y hubiera sido sacrificado a no ser por el oportuno rescate que de su persona hiciera Cristóbal de Olea, gracias a ello pudo regresar a Tetzcoco el 22 de abril y, si bien es cierto que se encontró con nuevos refuerzos, también se vio obligado a reducir una conspiración por la que se pretendía darle muerte y regresar a Cuba. Afortunadamente para el conquistador le fue denunciada, y ordenó ahorcar al cabecilla Antonio de Villafaña, haciendo saber al resto de sus soldados que no castigaba a más porque Villafaña se había tragado la lista de los conjurados, este recurso según afirman algunos cronistas fue adoptado por Cortés en virtud de que eran muchos los complicados y el haberlos castigado hubiera resultado un serio riesgo para la empresa.
Pacientemente preparó Cortés el sitio de la ciudad; las embarcaciones fueron armadas y el 28 de abril, después de haber sido bendecidas por Olmedo, se botaron al lago aprovechando un canal construido por Ixtlilxóchitl. Acto seguido hizo un recuento de sus tropas y se encontró con 700 soldados de infantería, 86 de caballería, 118 ballesteros y 13 cañones. El 20 de mayo dividió su ejército con el propósito de ubicarlo en los puntos estratégicos que permitieran el cerco de la ciudad:
- Pedro de Alvarado, con 150 infantes, 30 de caballería, 18 ballesteros y 25 000 indios aliados, lo comisionó para que se estableciera en Tlacopan;
- Cristóbal de Olid, con 160 infantes, 32 de caballería, 18 ballesteros, 2 cañones y 20 000 aliados, lo envió a Coyohuacan;
- Gonzalo de Sandoval, con 150 soldados de infantería, 24 de caballería, 17 escopeteros y 20 000 aliados, le señaló como cuartel general el pueblo de Iztapalapan;
- La armada que estaba constituida por numerosas canoas de sus aliados indígenas y los 13 bergantines construidos por Alonso, quedaba bajo el mando directo del capitán general, auxiliado por algunos oficiales como Juan Jaramillo, Pedro Barba y Juan García de Holguín.
Una vez distribuidos sus ejércitos, inició formalmente el sitio el 26 de mayo de 1521, demoliendo una parte del acueducto que surtía de agua a la ciudad y al poco tiempo los combates se daban tanto en el lago como en las calzadas. Durante los primeros días del sitio los habitantes de Tenochtitlan recibían ayuda de afuera por la calzada del Tepeyac, pero cuando los españoles se dieron cuenta encargaron a Sandoval que cerrara esta última comunicación con el exterior.
A fin de violentar la rendición de la ciudad se ordenaron numerosos asaltos que si bien tuvieron éxito, no significaron avances firmes en la lucha, ya que los sitiados, haciendo gala de valor y heroísmo, recuperaban en la noche los territorios ocupados por los españoles. Según el Códice Ramírez, este hecho disgustó mucho a Ixtlilxóchitl, que por ello llamó la atención al conquistados, haciéndole ver que lo que sus guerreros conquistaban de día, los soldados españoles lo perdían en la noche, sugiriéndole a Cortés que, a medida que se fuera avanzando en la ciudad, los españoles se dedicaran a demoler las casas que eran empleadas como parapeto por los mexicas.
Frecuentemente estos combates eran adversos a los europeos, como sucedió cuando Pedro de Alvarado intentó capturar Tlatelolco para ser rechazado con grandes pérdidas, entre los que se contaron algunos españoles hechos prisioneros y sacrificados en el templo mayor, o cuando en el lago mediante una trampa, los mexicas estuvieron a punto de capturar a uno de los bergantines y dieron muerte a Pedro de Barba y a Juan Portillo.
Seguramente el más importante de estos fracasos lo constituyó el asalto que sobre Tlatelolco dio Cortés el 28 de junio, cuando no solamente fue rechazado, sino herido en una pierna y hecho prisionero, y de no haber sido, según Bernal Díaz del Castillo, salvado de nueva cuenta por Cristóbal de Olea que perdió la vida en la empresa, hubiera sido sacrificado en el templo mayor de la ciudad.
Los combates eran más encarnizados, el cerco se estrechaba poco a poco y la ciudad era destruida rápidamente: pero a pesar del hambre, la sed, y la viruela que diezmaban a los aztecas se resistían a rendirse. Su resistencia era heroica y rechazaban una a una las proposiciones de paz que el conquistador hacía llegar al soberano. Para principios de agosto Tenochtitlan se había reducido a escombros, con ellos se habían rellenado los fosos y los cortes de las calzadas, mientras los defensores de la en otros tiempos orgullosa urbe del Anáhuac, asolados por la peste y el hambre, apenas podían soportar el peso de las armas y los combates se transformaban en mero degüellos.
La fatalidad se cernía sobre el pueblo de Huitzilopochtli, pues en uno de los tantos combates Ixtlilxóchitl logró aprehender a su propio hermano Coanácoch, y al verlo encadenado, los soldados tetzcocanos leales a México abandonaron la lucha. Ya solos los aztecas, reducida la resistencia del barrio de Tlatelolco y cuando en las calles y calzadas de la ciudad se amontonaban los cadáveres de hombres y mujeres sobre los cuales se tenía que caminar, soportaron tremendos ataques el 7 y el 8 de agosto, después de los cuales el conquistador hizo llegar nuevas ofertas de paz, que fueron rechazadas por ese asombroso pueblo que se sostenía en pie de lucha a pesar de la inminente tragedia que les esperaba.
La situación era insoportable y se dice que para ese entonces el Hueitlatoani (El rey Cuauhtémoc) y su familia vivían en una canoa recorriendo el lago. En esas condiciones, el capitán español ordenó el asalto general el 12 de agosto, conduciendo él y Alvarado el asalto por tierra, encomendando el mando de la flota a Gonzalo de Sandoval. A pesar de que la batalla degeneró en una cruel matanza de indígenas inermes, la ciudad no se rindió; al día siguiente, 13 de agosto de 1521, cuando los ejércitos invasores se aprestaban a dar el golpe final, la canoa que conducía Cuauhtémoc, el regio guerrero de la resistencia, fue sorprendida en el lago por la embarcación de García de Holguín que lo hizo prisionero.
Cuauhtémoc en unión de Tetlepanquetzal fue llevado ante Cortés y, al llegar frente al conquistador -las crónicas recogen el momento- sus palabras de rendición reprodujeron el sentir de un pueblo al que heroicamente condujo, ya que en lugar de aceptar la sumisión y la derrota, con energía se dirigió al español diciéndole:
“Señor Malinche, he cumplido lo que estaba obligado en defensa de mi ciudad y de mi pueblo y no puedo hacer más; y pues vengo por fuerza y preso ante tu persona y poder, haz de mi lo que quieras, toma ese puñal que llevas en el cinto y mátame con él”
La noticia de la captura del soberano se divulgó rápidamente por la ciudad y con profunda pena, pero con orgulloso heroísmo, el diezmado ejército mexica rindió sus armas después de un prolongado sitio de 75 días, al cabo de los cuales se daba fin a la guerra y con ella terminada la vida del más poderoso de los pueblos de América.
Conquista de México (La expedición de Pánfilo de Narváez,La matanza del templo mayor, La noche de la victoria)
Resentido Diego de Velázquez por la insubordinación de Cortés y deseoso de retomar el mando de la expedición a México, organizó un poderoso ejército, que puso al mando de Pánfilo de Narváez, para que viniera a México, quitara el mando e hiciera prisionero a Cortés.
En el mes de abril de 1520, Narváez llegó a Veracruz y se internó hasta Cempoala en donde estableció su campamento. Sandoval, soldado fiel a Cortés, que se había quedado como jefe de la guarnición de Nueva Sevilla por la muerte de Escalante, se retiró de la población y en una escaramuza logró aprehender a dos oficiales de Narváez, a los que remitió a México con la noticia de la llegada del enviado de Diego de Velázquez. El colmilludo de Hernán Cortés les hizo objeto de atenciones y regalos para despertar sus codicias y ganarse sus confianzas, luego los dejó regresar a las filas de Narváez, para sonsacar a sus compañeros y se pasaran al bando del conquistador, estrategia que resultó favorable.
Andrés de Duero secretario de Narváez, traicionándolo, le informó a Cortés de la posición, número y artillería de su jefe; en medio de una fuerte tormenta cruzó el río de Las Canoas y cayó sobre el campamento enemigo, el sorpresivo ataque, la complicidad de la artillería y la caballería de Pánfilo de Narváez permitió a cortés una rápida, fácil y total victoria. Después de la victoria muchos de los soldados vencidos se unieron a él, mientras que otros regresaban a Cuba con Pánfilo de Narváez.
Este triunfo permitió a Cortés consolidar a su ejército e iniciar la exploración de las zonas circundantes; decidió enviar a Velázquez con 200 hombres a explorar la región del Pánuco, ya Diego de Ordaz con otros 200 hombres la región de Coatzacoalcos, mientras que él con otros 600 soldados españoles regresaba a México, dejando encargado de la jefatura de Veracruz a Rodrigo Rangel.
Al salir de México para combatir a Narváez, Cortés dejó como jefe de la guarnición de la Tenochtitlan a Pedro de Alvarado al frente de 80 soldados; por esos días, de acuerdo a las tradiciones mexicas se festejaba a Tóxcatl una de sus deidades más importantes; Pedro les concedió permiso para hacer sus fiestas, pero con la condición de que estuvieran desarmados. Aprovechó el momento de mayor solemnidad para caer con sus soldados sobre los indefensos indígenas, robándoles sus joyas y atavíos que portaban; cuando los habitantes de Tenochtitlan se recuperaron de la sorpresa, le declararon la guerra, miles de aztecas lo obligaron a refugiarse en el palacio de Axayacatl, su situación era desesperante, nadie podía entrar ni salir de la ciudad, los puentes se elevaron y se cerraron las puertas.
Durante el regreso de su viaje Cortés fue informado por los tlaxcaltecas de tan cruel suceso, por lo que apresuró la marcha y se presentó en Tetzcoco, en donde se le unió Ixtlilxóchitl, que le ayudó el 24 de junio entrar a la ciudad para reunirse con sus soldados sitiados. Se dice que molesto, recriminó a Pedro de Alvarado por su torpe actitud. Aunque el soberano mexica seguía prisionero en el palacio de Axayacatl, un joven indígena de la nobleza mexicana, dirigía a los ejércitos aztecas; el pueblo había desconocido a Moctezuma, acusándolo de cobarde y había nombrado a un nuevo emperador Cuitlahuac, quien sería el penúltimo emperador de esta raza de bronce, y era él quien ordenaba sitiar a los conquistadores, bloquear las comunicaciones con Veracruz y cortar los puentes de la calzada que unían a la ciudad con tierra firme.
30 de junio de 1520
Por algunos días se libraron combates entre indios y españoles; cuando Cortés se percató de que no recibiría ayuda del exterior y considerando que las series de ataques que venían desde el exterior podían acabar con sus soldados, se decidió salir de Tenochtitlan. Para lograrlo, hizo construir un puente portátil con el que pudiera cruzar los cortes de la calzada de Tlacopan; reunió las riquezas obtenidas, tomó su parte, separó el Quinto Real o parte que le correspondía a la corona y permitió que sus soldados se apoderaran del resto, estos, de manera ambiciosa se llenaban las bolsas de todo lo de mayor valor, con lo que apenas podían andar. En la tarde del 30 de junio de 1520, dio muerte a los señores de la Confederación del Anáhuac: Moctezuma II, Cacama y Totoquihuatzin; al oscurecer hizo decir misa al Padre Olmedo y esperó la noche para ordenar la huida. No es verdad que a Moctezuma lo apedreara su propia gente cuando Cortés le pidió, que saliera para tratar de convencer a su pueblo que se calmaran. Cortés lo asesinó vilmente, ya de nada le servía.
Con el propósito de organizar mejor la huida dividió su tropa en tres secciones, la vanguardia con 200 hombres al mando de Gonzalo de Sandoval, al centro en el que se encontraba la artillería y las mujeres iba jefaturado por el capitán general, y la retaguardia con el grueso de la infantería al mando de Pedro de Alvarado y Velázquez de León. En ese momento, en que los españoles alcanzaban el Puente de Tecpantzingo fueron descubiertos por los centinelas quienes dieron la voz de alarma para que los ejércitos mexicanos se aprestaran a la lucha y de muy diversos rumbos cayeran sobre las tropas de Cortés, con tal éxito, que sólo la vanguardia -los de adelante- pudieron evadirse hasta el pueblo de Tlacopan, en tanto que el centro era despedazado en plena calzada y los de la retaguardia –los de atrás- se vieran obligados regresar al palacio de Axayacatl para refugiarse, en donde tres días después eran destruidos por los aztecas.
Una vez a salvo fuera del lago, Cortés pudo darse cuenta de la magnitud de su derrota, pues en ella había perdido a 450 soldados españoles, 4000 indios aliados, 46 caballos y casi todo el tesoro; como si eso no fuese suficiente, había perdido en la batalla a algunos de sus más destacados oficiales, entre ellos a Francisco de Salcedo, Francisco de Moria y Juan Velázquez de León.
Este importante suceso, que aparece en muchos libros de texto como “La Noche Triste”, representó para nuestro pueblo mexicano la más y quizá única victoria en contra del dominio español. Por eso le llamamos como ”Noche de la Victoria Mexicana”